jueves, 12 de diciembre de 2013

03. Y tuve un sueño, descubriendo a Mystysiva



            Contaba 15 años y ya me sentía con problemas de agorafobia.
            Casi no salía de casa, me educaba a través de la Red y solo salía para asistir a dar los exámenes y algún otro trámite o talvez cuando algún compañero de la misma Web me llamaba para ir a preparar alguna tarea que requiriera salir de casa. Así fue como alcancé a finalizar la educación secundaria para luego terminar recluyéndome en mi casa. Es que padecía de agorafobia. El miedo a la gente, a los sitios donde debía estar cerca de esta e interactuar con seres humanos.
            Por ello mi mundo del ciberespacio era mi energía diaria. En él estaban mis amigos y amigas del alma, ahí estaba mi entretención, hasta mi vida sexual: la masturbación proveía de esos lugares en donde llegaba a pagar para hacerlo con alguna chica vía la Red, incluso el equipo que había comprado dos años antes me servía para este sexo vía red. Me costó bastantes créditos. Y mas aun al agregarle un adaptador holográfico que permitían uno experimentara las sensaciones de estar tocando a una persona. Claro está que este, mi primer hológrafo, era de una calidad inferior debido al alto costo de estos. Carecía de muchas características avanzadas, pero al menos para los servicios de Gislshappys servía.
            Pero las amistades, las "novias del sexo" en este mundo me resultaban lejanas, así las sentía: muy lejanas, casi efímeras; sintiendo a cada momento que no eran mas que algo pasajero, sin sustancia emocional. Es que no experimentaba la complementación realmente directa. Ninguna máquina podría sustituir a una novia "real" que está contigo y comparte tu vida.
            Un día recibí en mi email un link hacia un portal, pero de estos de la antigua Web, la primera, esa de estilo retro y donde muchos jóvenes de mi generación les gustaba ingresar sus imágenes estáticas como lo hicieran sus padres o sus abuelos hacía siete décadas atrás. De repente un mensaje algo extraño me conduce hacia un portal donde cada cual agregaba alguna foto y escribía en ella. En esos años no existían las holografías como ahora. Una foto y una descripción escrita, eso era todo, por ello usaban mas la escritura. Pero esa sencillez de los antiguos nos gustaba y por ello subíamos imágenes estáticas, en vez de holografías.
            Así fue, cuando la primavera se retiraba y comenzaba el verano, me tocó la desgracia de conocer aquella página y la foto de esa linda joven.
            Aun al momento de escribir mi historia de vida me emociono al recordarla. . . Su hermosa tez, su  mirada, sobre todo esa mirada inquietante para mí, o mejor diré: para mi alma, mi espíritu, mi corazón. El solo hecho de verla, saberla que existía me hizo sentir aquella embriagadora y peligrosa sensación de enamoramiento, ese malvado sentimiento que fue creado en nuestra alma y que causa estragos en la adolescencia. Era como si la hubiese conocido antes, pero ¡imposible!
            Se autonombraba Mystysiva y sus intensos ojos azul-grisáceos, su rubia y hermosa cabellera color miel, hacían juego con su tez, pero no era ese aspecto físico lo que me interesaba, era algo mas, eso que emanaba de su espíritu, eso que provoca una sensación romántica intensa y (lamentablemente) ciega en algo que va mas allá del aspecto netamente físico. Eran esos ojos, brillantes, insinuantes y agresivos, sobre ellos esas cejas dándole un toque de malicia hermosa.
            Me gustaba como escribía, es que en estos portales antiguos solo se usaban imágenes estáticas y les agregaban escritura.
            No se que me sucedía, solo imaginaba que conversaba con ella, que estaba con ella, que vivía su vida. Pero nunca la había visto.
            Iba a su página y esa madrugada revisé varias fotos suyas y textos escritos. Bajé unas cincuenta fotos suyas, solo imágenes sin movimiento como se acostumbraba antes, pero dejé para otra oportunidad el guardar copia de la página con sus escritos y datos extras. Me fascinaba cómo describía aquellas imágenes.
            Obtuve una cuenta para ingresar en aquel portal, así la contactaría ¿Y cómo? no importaban esos desafíos, ya se me ocurriría algo, pero tendría que conocerla por la red, eso era mi DESTINO.
            Mystysiva, Mystysiva, su mirada me enamoró; su intensa, coqueta, agresiva, suavemente tierna mirada fue mi perdición, solo pienso en ella. Imaginaba conversar con ella, conocerla, charlar ¡tantas cosas que quiera compartir con ella!
            Acariciarle su hermoso cabello rubio miel, largo, sedoso, ondulante, tocarlo, besarlo, sentir esa cabellera al lado de mí. . . soñaba despierto con ella, fue algo impresionante, enamorado de unas fotos al estilo antiguo en ese viejo portal. Ella era mi pensamiento día y noche.
            Ya comenzaba el verano y un día, durante dos semanas (debido a faltar los créditos necesarios) el acceso a la Red se detuvo.
            Esperaba posteriormente ingresar a mi cuenta y desde ahí contactarla, pero cuando volví a tener acceso, su página había desaparecido ¡desaparecida!, había bajado su página y solo alcancé a descargar sus imágenes, pero no sus detalles, sus escritos, los datos que me permitirían buscarla y contactarla.
            Mi alma enferma e infantil solo maldecía al cielo por eso, si alguna vez oraba a Dios con un arrebato de crítica contra este ser fue aquella vez:
- "¡DIOS CASTIGADOR! ¡SABES QUE ELLA ERA MI ESPERANZA!"
- "¡MALVADO INFAME; DÉSPOTA DESGRACIADO!"
- "¡SOLO DESEAS EL MAL PARA NOSOTROS!"
            Es que en esa época no había evolucionado a un estado de pensamiento mas lógico y aun creía en la superstición religiosa, debido a que mis abuelos me habían criado en un hogar con creencias religiosas, talvez por ello ustedes percibirán un carácter excesivamente "religioso" en esta parte de mi vida.
            La diatriba contra ese ser temible era fuerte. . . ¡qué mala suerte o decisión divina tan malvada de privarme de aquella beldad que tanto inflamaba mi corazón!
            Tanto dolor sentía, tanto desasosiego y yo encerrado en casa solo atiné a encerrarme mas, sentíame fracasado.
            Ustedes los seres que no padecen agorafobia no entenderían esto: si algo adverso me sucede, menos ánimo tengo de salir a la calle y relacionarme con los demás, solo será indirectamente, por la Red.
            Aquel verano transcurre, pero los enormes problemas de vivir con mi abuela enferma de la mente, con aquella agresividad terrible propia de una persona cuya mente está atrofiada y su espíritu parecía un demonio que azota diariamente, algo me hicieron olvidar a Mystysiva. Además habría que cambiarnos de casa, dejar esta y derivar en alguna otra. No quería irme, aquí vivió mi abuelo sus últimos días, fallecido el año anterior y aun no había hecho duelo por él y mas aun: aquí supe de esta linda joven que ahora había desaparecido del mundo de la red mundial.
            Ese verano llegó la familia de un tío que vivía hacia el sur del territorio, quien nos ayudaba económicamente, dado que los créditos que dejara mi abuelo para la manutención de abuela y yo, eran hábilmente sustraídos por otro tío, quien quedó con los derechos de esos créditos y la tuición de mi abuela. Un miserable y su mujer que usaban esa cantidad en su propio beneficio, dejándonos en necesidades económicas, como sucediera cuando me cortaron el acceso a la Red o al no gastar créditos para adquirir la nuevísima medicina de ADN que permitiría que abuela no fuera tan irascible, e incluso sanase de su enfermedad mental.
            Este tío del Sur, además de pagar los cuantiosos gastos en cuentas no pagadas, me regalaron un hológrafo de los modernos, y aunque era de calidad inferior, fue el segundo que tuve para saborear aquella tecnología mejorada y cuyas nuevas normas se establecieron 5 años antes. El anterior hológrafo, de menor capacidad solo quedó destinado a los servicios sexuales vía RED en Girlshappys.
            Era una tarde veraniega con brisa suave mientras en el segundo piso de aquella casa se ubicaba mi habitación, el lugar que durante años habitara y que pronto dejaría de ser mi hogar. Tarde extraña esta, nubes rojizas hacia el Sureste, había bajado la T° y como si una fresca brisa inhabitual para esa época, pero agradable para aquel verano, pronosticaban algún hecho importante. Algunos vehículos elevadores remontaban las alamedas "aéreas" lo que me entretenía verlos. Pero la mayoría en esta provinciana ciudad aun eran vehículos de tracción a tierra.
            Usando unos cuántos créditos pude acceder a un lugar donde insertando los pocos datos suyos haría una vuelta de la Red mundial hasta derivarme al origen de ellos, muchos créditos me cobraron cuando recibo la información. No aparecía su nombre, aunque si una dirección en la Red. Pero apenas hube terminado de guardar la dirección, un aviso del portal me indicaba que esos datos se habían eliminado del lugar donde fueron recolectados ¿eliminados? ¿Justo unos minutos posteriores a que los obtuviera? Pero no importaba ya que ahora aquella dirección estaba guardada en mi sitio, en mis documentos. Una simple dirección, nada mas, pero desde ahí partiría hasta dar con ella. . . Mystysiva.
            Era un viernes y debía preparar el cambio de casa al día siguiente. Nos iríamos de aquel lugar, por ello decidí dejar para otro momento el empezar a rastrear aquella dirección de la red.
            Aquella madrugada eran la sexta y media hora de la noche y recién habíame acostado y me hacía imposible dormir, solo pensaba en ella, anhelaba acceder a la Red para rastrear aquella dirección ¿sería un sitio personal, estatal, una dirección de un portal holográfico personal? no lo sabía. Trataba de dormir, debía descansar. Un murmullo suave y luego un ruido subterráneo, creí sería un vehículo de esos antiguos tracción al piso, pero el murmullo aumenta, ahora lo reconozco: está temblando, esperaba que pasara, pero este aumenta el ruido y ahora un movimiento ondulante, incrementa su fuerza, me incorporo, enciendo la luz, pero esta se apaga, aun somnoliento como lerdo en mis movimientos alcanzo a colocarme ropa, esperaba bajar al primer piso donde abuela está, pero ya el movimiento es fuertísimo, imposible moverme, resbalo ante el movimiento de la casa, el sonido subterráneo es aterrador, me acuerdo de Dios, pero no le suplicaba, estaba cansado de esta vida, si hay que morir de algo que sea en este cataclismo. Pienso en mi abuela, trato acercarme a la escalera, me caigo. Tres minutos de terror sísmico. Es el primero que he sentido en mi vida, al terminar todo era oscuridad y gritos de vecinos, aunque no hubo ninguna víctima en esta parte de la ciudad, las luces de emergencia se encienden. Para los menores de 20 años ha sido nuestro primer terremoto.
            Al bajar abuela ni siquiera se había dado cuenta de este violento earthquaker: como ella estaba muy dormida solo se despertó ante el ruido final y al escuchar a los vecinos. Pero conociendo su enfermedad mental, uno sabe que durante el día habría problemas.
            Esa noche estaba con hermosa luna y al salir al patio la observo, era una sensación extraña, escuchaba a la gente salir de sus viviendas, algunos vehículos elevadores ascendían. Un vehículo elevador de bomberos revisaba los barrios por si hubiera heridos.
            El sistema eléctrico de emergencia se había encendido, se suponía que debería durar 24 horas, pero mas tarde nos dimos cuenta que las fallas eléctricas durarían mas tiempo.
            Miraba la luna y me obnubilaba su luz, pensaba en Mystysiva ¿dónde estará ? ¿Qué será de ella? No lo sabía, pero pronto conocería su dirección, estaba feliz, no me importaba nada el earthquaker, ni los noticieros sobre fallecidos, tsunami en la costa, errores administrativos del gobierno y esos desastres de la naturaleza terrenal y humana. Solo pensaba en Mystysiva.
            Al terminar de revisar si habían daños en la casa, veo a mi abuela. En esos momentos llegan los cuervos del dinero. Me siento enojado al saber que nuevamente nos han robado créditos que abuelo nos dejara para nuestra mantención. Ambos son verdaderas ratas que simulan estar preocupados por nosotros, pero roban lo que mensualmente debieran entregarnos.
            Mientras ellos estaban en el primer piso con abuela, subo a verificar mis archivos en el portal donde los guardo. Al ingresar a la Red una extraña advertencia dirigida a los ciudadanos de mi país:
            "A todos los habitantes, debido a los problemas de comunicación con los satélites y las líneas de enlace, producidos por el sismo, los archivos guardados después de las 16 hora local, no han sido respaldados, por favor esperar hasta la recuperación."
            "Recuperación", "Respaldados", ¡Qué mierda es esto! ¡Ahí está la dirección que necesito rastrear para llegar a Mystysiva! ¡Miserables! Pero debo esperar porque es obvio que debe haber "respaldo" de esos archivos.
            Aunque algo en mi corazón me decía que nuevamente ella se me iba.
            Dos días mas tarde, todos, exactamente TODOS los archivos míos estaban respaldados a excepción  de uno. . .ya saben cuál.
            ¡QUÉ SUCEDIÓ! Solo la estúpida explicación de que estaba en mantenimiento a la hora en que los subí, pero al quedar en esa memoria caché para mantenerlos y debido al rompimiento tan abrupto de las comunicaciones provocó algunos "errores" y dado que en mi caso solo fue una pequeña dirección, no le dieron importancia, además fueron mínimos los archivos desaparecidos, al quejarme con el portal solo obtuve de compensación dos meses de acceso gratis ¡nada mas pude obtener! Continuaba la incógnita sobre quién era ella ¡No debía contratar servicios en estos portales de almacenamiento a bajo precio!
            Y mas aun que el gobierno volvía a cerrar temporalmente el acceso a la antigua Web que era el lugar donde se ubicaban los archivos de ese portal.
            Así ella por segunda vez desaparecía de mi vista.
            MYSTYSIVA, Mystysiva. . ., su nombre lo recordaba todos los días  y debo decir que mi mente pensaba mas en ella que en los problemas de abuela.
            Pero la vida continúa y aquel año el olvido acaece para Mystysiva, mi olvido por ella; no insistí mas en buscarla en la red. Era una desaparecida.
            Adiós Mystysiva jamás te volveré a ver.

02. Con Sylvana en casa



                La noche transcurre, casi no duermo y me levanto con somnolencia y un mal dormir.
                Tan eficiente todos los días y ahora hasta se me olvidó revisar detalles de mi trabajo, ineptitud que notara mi asistente:
-Señor, anoche Ud. olvidó dejar órdenes para la nave transporte que está sin capacidad de despegue, esa que pertenece a una empresa polaca y ha sido abandonada.
-Bueno, . . .espere ingeniero. .  ¿cuáles son los detalles de esa nave?
-La tripulación no sabe a dónde dirigirse, son polacos, no pueden volver y legalmente imposible quedarse, talvez debería Usted derivarlos a la sección legal de la cancillería.
-Si señor XXXXXXXX, prepare documentos para ellos, en dos horas mas los firmo.
-Ya los tengo listos señor.
-¡Qué bien! Así me gusta un asistente precavido –sabe que deberé evaluarlo muy bien.
-La señorita Silvia se entrevistará con usted al mediodía para entregarle su informe y usted deberá darle sus importes y el permiso de vuelo. ¡Ah! dijo que será personalmente, no habrá holografía.
-¿Personalmente? ¿permiso de vuelo? ¿va a volar ella?
-Si señor? Acuérdese que ella viajará a España donde está su madre.
-Ya veo, así que ella viaja, se va de Alemania.
-Recuerde que usted la contrató -como queriendo decirme que solo es asunto mío y de ella cualquier eventualidad que sucediese entre Sylvana y yo.
                ¿Sylvana y yo? ¡pero si ni siquiera cumplimos una semana de conocernos y ya la trato como si la conociera toda la vida!
                Al ingresar en el edifico subterráneo de la torre de control, mi lugar donde debo estar, mi suplente, uno de esos dos ambiciosos oficiales está de guardia.
                Algunos imágenes de noticieros son vistos por parte del personal que en este lugar dirigen el tráfico aeroespacial de esta zona.
                Las noticias de siempre: hemos invadido la zona Este, pero esos eslavos resisten y parece que resistirán mas, igual que hace mas de un siglo.
-Jefe, cuentan que la cosa no va bien en los Urales.
-Así parece teniente Alberto Santos, es que no debimos abarcar tanto, estos pueblos están acostumbrados a ser invadidos, pero a defenderse con todo.
-Si pues jefe, talvez tengamos que irnos de Europa antes de tiempo –uno de los presentes.
-No sería extraño -interviene otro asistente- Recuerden que aun no controlamos bien África.
-Es que esos sudafricanos se atemorizaron y desertaron, debieran haber avanzado hacia el Norte. Ahí junto a los brasileños y nosotros los habríamos encerrado a esos rebeldes -dice Alberto Santos.
- Pero Brasil espera enviar antes su otro ejército y ahí las cosas deberán cambiar, qué piensa Uds. comandante -el administrativo me hace la pregunta.
-Yo creo que fuimos muy arrogantes y lanzarnos contra todos, el Norte, el Asia, África y Europa juntos. Vean Uds. que en Asia ni siquiera con los oceánicos hemos podido consolidar los territorios y ahora hay mas revueltas. Fuimos arrogantes y es que somos latinos, no conocemos la planificación, esto salió de repente, en 15 años vean, lanzarnos contra todos, nos dijeron que debiéramos haber esperado unos 20 años solo para prepararnos, pero no lo hicimos y esto pasa por no ser previsores. Los ingleses y romanos si eran previsores, nosotros no -Si de algo soy muy bueno es en las clases de historia y esta es mi parte donde impresiono a otros.
-Tiene razón usted teniente XXXXX, siempre hemos sido unos imprudentes, siempre es lo mismo.
-Señor -el asistente me llama- La señorita Sylvana en su oficina.
-Allá voy.
                Me retiro de aquel gran subterráneo-oficina, subo al sitio de los elevadores. Ingreso rápidamente al elevador de 2 puertas que conduzco yo mismo. En 7 minutos estoy frente a ella. Ahora usaba un vestido elegante, no era el traje de trabajo con el que la conociera hace 3 días.
-Teniente jefe XXXXXXXX XXXXX, he entregado mi informe, todo en orden, ahora Ud. debe darme el salvoconducto directo a España y mi paga.
-El asistente se lo entregará y le agradezco mucho su ayuda, porque nos hace falta personas con un excelente dominio en ambos idiomas.
-No olvide que mi mitad es española señor XXXXX.
-Ahora voy a vivir con mi madre, ella reside en la zona de Barcelona, en el sector moderno, ese construido hace 10 años -como si me indicara el lugar donde ir a buscarla.
-Gracias a Uds. señorita Sylvana -No me atrevo a decirle algo mas, no sé que decirle -algo emocionado al ver sus linda mirada, tan impresionante como era la de Mystysiva.
-Tengo entendido que usted será relevado de este cargo en unos 2 semanas ¿es así teniente? -al hablar parece una oficial de mayor rango.
-Solo recuerde que solo soy un simple teniente-comandante por accidente y en este cargo se requiere un civil mejor preparado o alguien de mayor rango. Demasiado he hecho aquí, no sé cómo se les ocurrió dejarme con tanta responsabilidad.
-Pero ha hecho usted un trabajo demasiado bueno para ese pequeño "rango" militar que posee, no debe subestimarse. Además eso de fichar a los refugiados ha sido muy loable, mire que en el futuro le pedirán cuentas a ese coronel, ese que dicen "desaparece" gente.
-Gracias señorita Sylvana.
- Mire supongo que cuando usted sea relevado le dan unos días de descanso, ¿verdad teniente?
-Sí, sí eso es.
-Entonces usted vendrá conmigo a España, ahí no hay problemas con el idioma y los españoles no son como mis hermanos alemanes que se sienten su orgullo herido por haber sido dominados, así que podremos estar juntos sin problemas
-Si, si, ¿estar juntos y para qué? -Le hago con total inocencia esta torpe pregunta.
-- ¡Por Dios no sea estúpido XXXXXXX! Bueno me despido y lo veré muy, muy pronto.
                Al darle la mano ella la toma , pero se acerca a darme un  beso en al cara, algo inhabitual en una alemana, pero si en una española. No sé tratar con las mujeres, es que fui educado por ella, por Mystysiva y esa no era una mujer, era un demonio.
                No me recuerdo que otras palabras le diría, ni las que ella me expresaría, pero sé que se retira y la veo abordar el pequeño elevador junto a otros pasajeros hasta dirigirse al transporte. El ruido atronador de esa mole para mil pasajeros la llevará a su destino en menos de 45 minutos.
                Me quedo solo. Ya ha pasado el mediodía, el sol alumbra y calienta la terminal desde donde estas impresionantes naves aparcan y despegan. Soy su administrador, quien dirige, quien manda, quien. . .¿Quién soy? Creo que soy quien huye, huye de "ella", el fantasma de esa mujer bella, Mystysiva.
                La monotonía de los días transcurre y ya estaba por cumplir los 30 días cuando las noticias y el sosiego se verían interrumpidos por las decisiones políticas, de gente muy poderosa que uno sabe que hacen lo que les interesa a ellos y no lo que les interesa a la gente. Ahora me quedan solo 10 días antes que la nueva administración llegara, ahora sí una autoridad muy bien preparada y digna de este alto cargo en este lugar, pero antes hube de vivir unos momentos que uno no sabe, no tiene idea de lo trascendente serían en un futuro a mas de veinte años hacia el futuro.
                Las noticias traen datos alarmantes: las zonas rebeldes del Este siguen siendo independientes, nuestro ejército de la unión sur no logra contenerlas, incluso efectúa una “retirada estratégica” (huye); hacia el Sur de África hay conatos de rebelión; es que a nadie le gusta ser sometido por otros y menos aun por naciones consideradas advenedizas y despreciables. Antes de dejar mi cargo, nuevas autoridades civiles y militares llegan, nuevos órdenes, mas soldados, mas civiles de nuestro continente.
                Un almirante y comandante de sector empezó a saludarnos e inmediatamente procede a darnos órdenes y muy precisas eran estas, con datos totales sobre las zonas afectadas por posibles alzamientos de la gente local, cantidad de soldados, sentimientos geopolíticos de los ciudadanos locales, etcétera.
                La reunión fue con una centena de oficiales, mas unos 50 civiles de variopintas profesiones, incluyendo médicos, geógrafos y abogados en asuntos de leyes, astrónomos y no recuerdo quiénes mas. Entendemos el asunto. Al final debemos hablar con los encargados de su jefatura, mas datos, mas datos, mas dudas, mas extrañeza ante estos hechos, es como si una oscura mano moviera los hilos del mundo y solo somos esclavos, peones de algo oculto, invisible que nos controla.
                Esperaba estar unos 10 años aquí, en la marina, escondido como un simple soldadito, un oficial de poca monta sin ambiciones, pero tranquilo y feliz porque me sentía útil a la sociedad y sobe todo: alejado de Mystysiva.
-¿Teniente XXXXX? Ud. es quien está a cargo del aeropuerto?
-Sí, pero solo soy un subrogante, en diez días mas llegará el jefe a cargo.
-No importa, el almirante Carrasco lo necesita para informarse mejor. Vaya inmediatamente a su oficina.
                ¿Almirante Carrasco? Me extrañó que un almirante quisiera preguntar a un simple tenientito sobre un asunto tan nimio cuando eso lo tratan sus subalternos, pero al ver su apellido me doy cuenta de quien se trata, es el hermano mayor de mi antiguo compañero. Así que entiendo que quisiera saber de mí ya que me lo presentaron en casa de mi amigo y estuve presente en el funeral.
                Cuando llegó mi turno ingreso a su oficina, allí hay ajetreo y en una improvisada mesa de trabajo está sentado, pero no es el mismo. Recuerdo que con su metro noventa era una figura impresionante, ahora noto que carece de su brazo izquierdo, tiene una ágil prótesis, y en su cara hay tratamiento contra algún accidente de fuego.
-¡Teniente XXXXX presentándose señor!
- Oficial XXXXX, me impresiona tanta responsabilidad para su rango
-Espero haberlo hecho bien almirante.
-Muy bien y ahora tiene un último trabajito.
-Habrá que preparar naves para enviar transportes de municiones, vituallas, agua y demás hacia el sector Norte-África, algo está sucediendo ahí con un destacamento en la zona XX XXX. Recuerde que es para 500 soldados y un mes de aislamiento, pero agréguele otro mes por si acaso hay inconveniente. Deberán aterrizar en zona sin lanzadera de ajuste.
-Señor tenemos 2 naves para ello, una es pequeña, la otra es grande y servirá. Están en perfectas condiciones.
-Excelente, debe prepararlas para ser enviadas antes de 2 días.
-Sí señor todo estará listo, de hecho antes de 24 horas estarán listas ya.
-Muy bien joven XXXXXXX ¿y cómo está su abuela? -Me extrañó que se refiriera a mi abuela ya que nunca lo traté con cercanía a él, solo a su hermana Milashka. Conocí a su hermano, su linda hermana Ámbar y en unas 3 oportunidades estuve en su casa.
- No ella, falleció hace años.
-¡Ah! Ya veo, pero usted debe tener mas familiares –seguramente sabría que no me llevaba bien con mi familia-Me imagino lo que debe sentir porque usted fue criado por ella.
-Sí, pero como ahora mi profesión me distrae puedo vivir sintiéndome útil –como explicándole que no necesito a nadie mas.
-Usted debiera casarse joven XXXXX. Milashka recuerda que nuestra hermana lo veía a usted como novio, pero usted siempre con esa joven, con la Myty. . .-confunde el nombre, pero entiendo que le desagrada el solo nombrarla.
-Con Mystysiva almirante, Mystysiva –le rectifico porque me enoja esa indirecta como desaprobando con desprecio a mi linda Mystysiva.
-Sí por supuesto, ahora lo recuerdo.
-Disculpe Señor, pero la última vez que lo vi usted no había sido herido –decido cambiar la conversa sobre asuntos míos.
- Fue en el sector asiático. Recuerde que hace 3 años sofocamos una rebelión en Indonesia y la nave que nos transportaba fue atacada, pero gracias a Dios y la virgen estoy aquí –me acuerdo que esa familia era muy religiosa.
-Ya veo, es que hay tantas zonas de guerra que uno no sabe lo que nos sucede en estos frentes –como queriendo disculparme por no saber lo sucedido.
-Además ahora he ascendido a almirante hace veinte meses.
-Lo felicito, Milashka me explicaba que usted tuvo que pelear con su papá porque preferían que se dedicara a la abogacía.
-Así es, pero mi viejo ahora está orgulloso de mí. Es que su hijo mayor era su heredero intelectual, pero al menor era al que mas quería –aquí noto como si aun quisiera creer que su fallecido hermano aun viviera.
                Un asistente acompañado de otro militar del Ejército se presenta en el lugar.
-Almirante, es el comandante XXXXXX.
-Hágalo pasar.
-Y recuerde joven XXXXX que usted deberá volver a nuestro país y enfrentarse a su destino, todos tenemos uno y debemos aceptarlo. El de su abuela era terminar así y Ud. cuidarla, pero ahora que ella no está debe formar su propia familia –me pareció que ellos sabían mas de mí de lo que creía.
-Capitán XXXXX, vaya con el teniente XXXXXX para coordinar el envío de esas naves –dirigiéndose a un asistente y terminando la charla.
-Y ya lo sabe XXXXX su trabajo nos ha parecido muy bueno estos 30 días. Le daremos un buen descanso.
-Gracias señor –y luego del saludo me retiro con el otro oficial para los asuntos de las naves, esas nuevas naves de transporte que solo hacía dos décadas aparecieron en el mundo.
                Mi última gran misión en esta base de transportes aeroespaciales fue preparar esas dos naves bien pertrechadas con destino al sur. A las 3 de la mañana de una noche de invierno despegaron, era Enero, la noche estaba muy fría, pero despejada, alcansábanse a distinguir algunas estrellas, la luna aun no aparecía. Primero partió la pequeña y media hora mas tarde la grande, la vi perderse hacia la estratosfera y luego el rumbo rectilíneo hacia el sur, en media hora llegarían a su destino. Quinientos seres estarían feliz de recibirlas.
                Siete días mas tarde dejaba mi cargo y pasaba a ser un simple teniente de los tantos que habíamos en estos lugares.
                Pero además me dieron 20 días de descanso, así que eran 30 días en que nada haría. Desde que salí de mi hogar nunca había vivido tanto tiempo sin trabajar y me daba cuenta que había adquirido un hábito en estos diez años: el trabajo diario sistematizado. Ya me había acostumbrado a una rutina diaria y ahora me sentía algo intranquilo sin esa rutina impartida por otros y aquí es donde me daba cuenta que necesitaba algo mas que solo concurrir a ese casino de esparcimiento, donde habían otros disfrutando ¿pero qué necesitaba? Algunos militares estaban con sus familias, que los habían acompañado, entre esos uno de los que me ayudaron en mi última destinación. Al compartir con ellos, con su señora, una hija y otro hijo allá en nuestro país sentía algo extraño: lo envidiaba ¿envidiarlo de qué? porque otros seres lo acompañan: su mujer, sus hijos, sus familiares allá en nuestra patria, pero yo estoy solo. . .me siento muy solo y comencé a sentir la razón porqué existe algo que se llama “hogar” y el cual carecía.
                ¿Debía ir o no? No me atrevía ir a ver una mujer tan linda, pero mas alta que yo. Así transcurrió un día dos, tres, cuatro, era el quinto día y mi comunicador empieza a recibir llamadas. . .de Sylvana.
-Le estoy esperando o no sabe que usted me dijo que vendría.
-Si te dije, pero no me siento bien y prefiero descansar –mentía.
-Está bien -dijo ella. Era el atardecer de un jueves.
                Al día siguiente, ya era viernes en la tarde y me preparaba a descansar. El departamento que arrendaba en la llamada colonia Latinsur, era tranquilo, claro en su mayoría solo éramos latinos, nos sentíamos seguros, acompañados y mitigaba nuestra nostalgia por nuestras tierras.
                -Joven XXXXX una dama está afuera preguntando x usted –era mi vecino, combatiente en los inicios de estas guerras, pero ahora destinado como Administrador de empresas en estos territorios. Inmediatamente supe era Sylvana.
                Al salir a la calle la encuentro, está ahí con un traje sencillo, pero elegante.
-Vaya  XXXXXXXX, se ve muy distinto sin su uniforme. Se ve mas bajo de estatura.
-Tiene usted razón XXXXXXX. Mido 15 cm menos que usted –me enoja esto.
-Pero eso no interesa para mí, a nosotras las mujeres no nos interesa el aspecto físico –al darse cuenta de su error sobre la estatura.
-¡Mentira, mentira! -le digo como ironizando por su ridícula y falsa frase.
                Ella haciendo un ademán de desaprobación ingresa en mi pequeño departamento.
- Es que somos extranjeros, no nos quedaremos en este lugar, un día volveremos.
-Debe ser lindo tu país, me gustaría vivir en él ¿Te gustaría llevarme a vivir ahí XXXXXXXX?
- Prefiero ir de colono a la antártica, pero es necesario estar casado para acceder a un  cupo.
- Entonces XXXXXXXX debemos conversar -y se quita su casaca mientras se sienta en el pequeño sofá.
-Oye yo recién te conozco y no soy experto en esto, además tengo una única y mala experiencia de relación con una mujer, por eso. . .
-¡Ya cállate! A mi no me interesa. Lo que pasa es que eres dubitativo, siempre dudas, te falta enfrentar al enemigo, no huir
- ¿Huir de dónde?
-Bueno, pero si es obvio que huyes de ella, sea quien sea es una mujer que intentó dominarte.
-Mmm..., tu sabes mucho de estas cosas del corazón ¿verdad?
-No solo del corazón, también de la mente, soy psicóloga y estuve trabajando 4 años en un hospital psiquiátrico, sé como es el ser humano, su mente. Además soy intuitiva. Detecto los sentimientos de otros.
-La persona de la que huyo tenía esa capacidad y se aprovechaba de ella, además era tan hermosa como tú, solo que latina.
Aquella noche ella preparó la comida, porque como no estoy acostumbrado a cocinar solo fui a traer productos y ella los preparó. Hace años no tenía una cena con una linda mujer, creo que fue mi primera cena ¿o no?

01. Mirando por Sylvana


          Fui destinado al sector europeo de Germania como ayudante de administraciones. Al llegar pude constatar el carácter inamistoso de esa raza y su desagrado, pero no por nosotros, si no en general por el resto de Europa al sentirse abandonados durante la guerra, los cuales permitieron que invadiéramos todo su continente apoderándonos de sus reservas de oro. Aunque en lo personal lo que mas me desagradaba es mi nula capacidad para entender dicho idioma, pero no interesaba ya que mis funciones solo eran administrativas y muy lejanas del contacto con la ciudadanía, solo revisando inventarios de nuestro abastecimiento para mi ejército. Además en un cargo tan insignificante no necesitaba relacionarme con esa gente.
          Pero esas cosas de la vida y debido a tantas incidentes del destino, quedé a cargo de la zona de aterrizaje y lanzamiento de las naves de transporte. Un simple oficial de bajo rango hubo de estar durante 5 días decidiendo los permisos de despegue y aceptación de entradas a nuestro espacio aéreo de esas naves, pero obviamente mi ayuda fueron 2 oficiales que notaron mi absoluta inexperiencia y ellos suplieron con la suya mis faltas de pericia, además que uno de ellos se hacía entender perfectamente en ese idioma tan difícil para mí. Convencido estoy de que mi carácter de mucha humildad hizo que ellos sintieran compasión de mi y me ayudaron, aunque talvez porque sabían que yo no era como el habitual compatriota de esos años: arrogante, ambicioso y propenso a escalar rápidamente peldaños de rango a expensas de otros, es mas sabían que si me iba bien, les atribuiría a ellos el buen desempeño de mi cargo ¡qué ingenuo debo haberles parecido!
          Pero el mas álgido día fue cuando llegaron mas de 27 transportes, especialmente de refugiados, incluso solo permitimos partir a cuatro, ya que las zonas de lanzamiento fueron usadas para desembarcar las cargas y los pasajeros provenientes de los territorios del Este, lugar aquel donde estaba comenzando la guerra contra la eslavia de los "bárbaros blancos". Debido a uno de esos vuelos fue donde conocí a Sylvana, esa alta, esbelta y hermosa alemana que sería mi esposa por un tiempo.
          Uno de los vuelos vendría con germanos, pero según algunos informes, serían espías, así que el jefe de seguridad de la zona, un coronel de mal aspecto, prepotente y que detestaba a los marinos, se hizo presente para llevarse detenidos sin documentación alguna a los que quisiera; sabíamos que eso significaba la muerte de muchos de esos detenidos y quizás qué consecuencia ulteriores contra el prestigio moral de nuestra patria, así que debíamos evitarlo ¿pero como? muy simple: a cada pasajeros que descendiera de las nave, lo ficharíamos nosotros y quedaría inserto en la base de datos, así esta gente despreciable de la "seguridad" le sería muy difícil hacerles daño antes de someterlos a un juicio. Pero la cantidad de nosotros que entendían el alemán era poquísimos, la mayor parte de los militares y civiles bilingües estaban en otras zonas y muchos ya en el frente Este. Y aquí es donde se necesitaron intérpretes locales, los cuales debían hacerles entender a los refugiados que serían fichados. Aquí contratamos a 4 personas y una era ella, Sylvana.
          Como los jefes debíamos dar fe del acta, dos de nosotros debimos acercarnos a cada refugiado y en su presencia ordenar su fichaje, así los traductores les explicaban el asunto, ante el cual no podían oponerse.
          ¿Sabrán esa gente que gracias a esto de los casi 4.000 refugiados, solo 3 "desaparecieron" (en las manos del coronel ese)?
          Cuando había que elegir a los traductores e ingresar a la nave, fue ella quien se acercó a mí, algo que me impresionó porque volví a sentirme aquel adolescente de 15 años que se había enamorado de ella. . .de Mystysiva.
— "Buenos días Señor XXXXX" – expresó ella y sin darme tiempo acota – seré su traductora y no se preocupe, sé hablar, escribir y leer muy bien el español, lo sé desde pequeña.
— ¡Ahhh! ¿Desde pequeña?
— Sí, mi madre era española y mi padre alemán.
— Que interesante, ahora entiendo su excelente español.
          Estuvimos una media hora conversando, ni me acuerdo ya, ella si decía acordarse muy bien, las mujeres se acuerdan de estas conversaciones muy bien. Además por primera vez desde hacía una década volvía a ¿enamorarme? de alguien con esa sensación tan infantil, pero ella no era para mí: su estatura era uno 10 centímetros mas alta que la mía. Y lo mas impresionante: aunque su raza demostraba ser caucásica del Norte, su mirada, sus ojos, sus facciones incluso algo parecido a su forma de ser era muy parecido a "ella". . . a Mystysiva.
          Usando el mismo vehículo nos elevamos y llegamos hasta la nave, aun en el aire esperando permiso para aterrizar en su zona de aparcamiento. Al elevarnos no puedo evitar mirarla y sentirme como un adolescente ¡Es la misma mirada, el mismo color ojos, la misma cabellera!
— Ud. ya entiende lo que haremos -le expliqué
— Sí por supuesto y estoy feliz de colaborar, entiendo lo que significa para ellos esto.
          Y sin dejarme responder, como si supiera lo que diría me dice:
— No se preocupe, sé que lo haremos muy bien.
— Gracias Señora Sylvana.
— ¡No! soy señorita, no soy casada, y actualmente no tengo compromiso con nadie, así que no me llame "señora".
— Muy bien Sylvana.
          Pero la diferencia de aspecto: ella una mujer muy bonita, pero mujer, madura de 27 años. Yo con mis 28 años, pero emocionalmente de 15 y aspecto de 17 años, es obviamente notorio quien toma en estas lides de las relaciones humanas las decisiones de ordenar al otro.
          El pequeño vehículo elevador junto a ella, el chofer y el asistente aparcan en una de las compuertas de la nave, adentro ya hay una docena de de técnicos listos con sus equipos para el procedimiento de fichar a todos los pasajeros. Al terminar de accesar a estos pasajeros debemos pasar a la otra nave.
          Ella habla con mi encargado técnico en español, me impresiona su excelente dominio, y esa linda mirada, los demás también la observan por el desplante que posee. En la nave hay otras mujeres de linda mirada y similar belleza a ella, pero carecen de su ángel, esa característica que hace diferente a unos y los eleva sobre otros (para bien o para mal, como sucedió con Mystysiva).
— Ustedes deben saber que si quieren desembarcar deberán ser fichados y ser sometidos a nuestras bases de datos ¿Aceptan eso? si no entonces no desembarcan.
          Los encargados traducen al alemán y otros idiomas. Nadie responde, pero al final todos aceptan, no tienen opciones ¿Sabrían que los estábamos protegiendo? Seguramente no en esa época.
          Son  casi 400 pasajeros en esta nave y debo quedarme unas 2 horas junto a ellos, mientras Sylvana con los técnicos efectúan el fichaje y transfiere la información a la base de datos en mi país. Hemos cumplido. Cuando esta nave está lista se ordena al piloto dirigirla a la zona de aparcamiento y ahí descendemos. En total son cuatro grupos que atienden al mismo tiempo a 7 naves. Durante un día fueron atendidas las 11 naves que tenían permitido desembarcar gente. Al terminar estamos cansados. Los refugiados peor aun, porque ellos viene huyendo de la guerra. Pero al menos estarán mas seguros ahora que si hubieran descendido sin ser fichados. Nunca sabrán lo que hicimos por ellos. Solo 3 de casi 5 mil refugiados "desaparecieron". Si no hubiésemos hecho esto, la cifra no habría bajado de los 100.
          El resto de los días solo naves con pertrechos y carga eran permitidas descender y despegar de este mega puerto aéreo.
          Así durante un día subir a otra nave y el mismo procedimiento.
          Algunos de los intérpretes se quedaron a trabajar con nosotros, entre ellos Sylvana. La verdad es que uno de mis asistentes, astuto este, decidió que ella se quedara cerca de la dirección de este lugar, así podrían disfrutar su presencia, porque eso era Sylvana: una hermosa presencia casi etérea, como esas diosas nórdicas que irradian una especie de espiritualidad oculta, mágica, perdida en el tiempo.
          Casi todos los días debíamos revisar asuntos en ese idioma y aunque La Red permitía ágiles traducciones, estas aun no eran capaces de interactuar con los traductores humanos.
          Al final la relación con Sylvana era de amistad: era como si ella me conociera, además se posesionó inmediatamente de mi escurridizo carácter, como una gata grande que atrapa un pequeño ratón ingenuo.
— Usted debe estar muy solo joven XXXXX.
— Porqué me dices "joven" y crees que estoy solo.
— Es que no representas mas de 15 y se nota que sentimentalmente estas solo. Una sabe de estas cosas. Y se que no eres gay  -usó un antiguo término en desuso para referirse a los hombres que se enamoran de otros hombres.
— ¡Oye mujer! Hablas demasiado bien en mi idioma y lo entiendes demasiado, para ser alemana. Se supone que Uds. no nos entienden. Ni siquiera conocen a los italianos, menos a nosotros del Sur.
— ¡Bah, bah! eso crees tú. Uds. los latinos siempre pensando que no tenemos sentimientos románticos como los que ustedes experimentan y creyendo que no los entendemos.
          La conversa sube de tono y hasta los demás se dan cuenta, menos yo.
— ¿Acaso crees que eres el único que tiene problemas de amor o de familia XXXXXXXX?  -Y mas encima usaba mi apodo como si yo fuera un compañero de la escuela.
— Y que te puede importar a ti mis problemas si no nos conocemos.
— Error, si te conozco es fácil conocerte, eres tú el que cree que nadie te ve ¿y mas encima arrancas?
— ¡Arrancar de dónde? Yo fui enviado a este lugar porque estoy en la marina. No decidí por mi cuenta llegar a tu país.
          Ya empezaban a mirar los demás y ella al darse cuenta decide acabar ante mis torpes respuestas la conversa:
— Eso creer tú Surantarctic, pero todos sabemos que eres tú el que has huido de tú país, solo te escudas en que sirves en la milicia.
— ¿Y quiénes son "todos sabemos"?
          Una de las naves de carga hacía su ingreso al sector lanzando ese sonido violento y fuerte que impedía escuchar, mientras en tierra las naves de apoyo se preparan para cualquier eventualidad, aunque esta no trae ciudadanos solo carga. Es que esas naves de aquella generación eran propensas a los contratiempos motrices.
          El fuerte viento que provocan sus motores al carretear hacia su aparcamiento distrae a todos, a mi, a ella.
— Señor, debemos volver a la torre, la última llegarán en cuatro horas -expresa el asistente Teave, un antártico apodado el Albatros nacido y criado en esa zona de colonos.
— Muy bien Albatros y prepare a la señorita Sylvana para transportarla a su lugar.
— No se preocupe "señor XXXXX" (haciendo un gesto arrogante) mañana estaré en su oficina para dejarle mi reporte del trabajo.
— Si, está bien señorita Sylvana, mucho le agradecemos su ayuda. Increíble hable tan bien nuestro idioma -Trataba de ser burlista con ella, pero me comporto como estúpido.
— Buenas noches oficial XXXXX.
— Buenas noches señorita Sylvana -Y me retiro algo ofuscado. Ahora otra mujer empieza a absorber y querer dominarme. Bastaba y sobraba con ella, la miserable que está en mi país. Fui destinado al sector europeo de Germania como ayudante de administraciones. Al llegar pude constatar el carácter inamistoso de esa raza y su desagrado, pero no por nosotros, si no en general por el resto de Europa al sentirse abandonados durante la guerra, los cuales permitieron que invadiéramos todo su continente apoderándonos de sus reservas de oro. Aunque en lo personal lo que mas me desagradaba es mi nula capacidad para entender dicho idioma, pero no interesaba ya que mis funciones solo eran administrativas y muy lejanas del contacto con la ciudadanía, solo revisando inventarios de nuestro abastecimiento para mi ejército. Además en un cargo tan insignificante no necesitaba relacionarme con esa gente.
          Pero esas cosas de la vida y debido a tantas incidentes del destino, quedé a cargo de la zona de aterrizaje y lanzamiento de las naves de transporte. Un simple oficial de bajo rango hubo de estar durante 5 días decidiendo los permisos de despegue y aceptación de entradas a nuestro espacio aéreo de esas naves, pero obviamente mi ayuda fueron 2 oficiales que notaron mi absoluta inexperiencia y ellos suplieron con la suya mis faltas de pericia, además que uno de ellos se hacía entender perfectamente en ese idioma tan difícil para mí. Convencido estoy de que mi carácter de mucha humildad hizo que ellos sintieran compasión de mi y me ayudaron, aunque talvez porque sabían que yo no era como el habitual compatriota de esos años: arrogante, ambicioso y propenso a escalar rápidamente peldaños de rango a expensas de otros, es mas sabían que si me iba bien, les atribuiría a ellos el buen desempeño de mi cargo ¡qué ingenuo debo haberles parecido!
          Pero el mas álgido día fue cuando llegaron mas de 27 transportes, especialmente de refugiados, incluso solo permitimos partir a cuatro, ya que las zonas de lanzamiento fueron usadas para desembarcar las cargas y los pasajeros provenientes de los territorios del Este, lugar aquel donde estaba comenzando la guerra contra la eslavia de los "bárbaros blancos". Debido a uno de esos vuelos fue donde conocí a Sylvana, esa alta, esbelta y hermosa alemana que sería mi esposa por un tiempo.
          Uno de los vuelos vendría con germanos, pero según algunos informes, serían espías, así que el jefe de seguridad de la zona, un coronel de mal aspecto, prepotente y que detestaba a los marinos, se hizo presente para llevarse detenidos sin documentación alguna a los que quisiera; sabíamos que eso significaba la muerte de muchos de esos detenidos y quizás qué consecuencia ulteriores contra el prestigio moral de nuestra patria, así que debíamos evitarlo ¿pero como? muy simple: a cada pasajeros que descendiera de las nave, lo ficharíamos nosotros y quedaría inserto en la base de datos, así esta gente despreciable de la "seguridad" le sería muy difícil hacerles daño antes de someterlos a un juicio. Pero la cantidad de nosotros que entendían el alemán era poquísimos, la mayor parte de los militares y civiles bilingües estaban en otras zonas y muchos ya en el frente Este. Y aquí es donde se necesitaron intérpretes locales, los cuales debían hacerles entender a los refugiados que serían fichados. Aquí contratamos a 4 personas y una era ella, Sylvana.
          Como los jefes debíamos dar fe del acta, dos de nosotros debimos acercarnos a cada refugiado y en su presencia ordenar su fichaje, así los traductores les explicaban el asunto, ante el cual no podían oponerse.
¿Sabrán esa gente que gracias a esto de los casi 4.000 refugiados, solo 3 "desaparecieron" (en las manos del coronel ese)? 
          Cuando había que elegir a los traductores e ingresar a la nave, fue ella quien se acercó a mí, algo que me impresionó porque volví a sentirme aquel adolescente de 15 años que se había enamorado de ella. . .de Mystysiva.
— "Buenos días Señor XXXXX" – expresó ella y sin darme tiempo acota:
— Seré su traductora y no se preocupe, sé hablar, escribir y leer muy bien el español, lo sé desde pequeña.
— ¡Ahhh! ¿Desde pequeña?
— Sí, mi madre era española y mi padre alemán.
— Que interesante, ahora entiendo su excelente español.
          Estuvimos una media hora conversando, ni me acuerdo ya, ella si decía acordarse muy bien, las mujeres se acuerdan de estas conversaciones muy bien. Además por primera vez desde hacía una década volvía a ¿enamorarme? de alguien con esa sensación tan infantil, pero ella no era para mí: su estatura era uno 10 centímetros mas alta que la mía. Y lo mas impresionante: aunque su raza demostraba ser caucásica del Norte, su mirada, sus ojos, sus facciones incluso algo parecido a su forma de ser era muy parecido a "ella". . . a Mystysiva.
          Usando el mismo vehículo nos elevamos y llegamos hasta la nave, aun en el aire esperando permiso para aterrizar en su zona de aparcamiento. Al elevarnos no puedo evitar mirarla y sentirme como un adolescente ¡Es la misma mirada, el mismo color ojos, la misma cabellera!
— Ud. ya entiende lo que haremos -le expliqué
— Sí por supuesto y estoy feliz de colaborar, entiendo lo que significa para ellos esto.
          Y sin dejarme responder, como si supiera lo que diría me dice: No se preocupe, sé que lo haremos muy bien.
— Gracias Señora Sylvana.
— ¡No! soy señorita, no soy casada, y actualmente no tengo compromiso con nadie, así que no me llame "señora".
— Muy bien Sylvana.
          Pero la diferencia de aspecto: ella una mujer muy bonita, pero mujer, madura de 27 años. Yo con mis 28 años, pero emocionalmente de 15 y aspecto de 17 años, es obviamente notorio quien toma en estas lides de las relaciones humanas las decisiones de ordenar al otro.
          El pequeño vehículo elevador junto a ella, el chofer y el asistente aparcan en una de las compuertas de la nave, adentro ya hay una docena de de técnicos listos con sus equipos para el procedimiento de fichar a todos los pasajeros. Al terminar de accesar a estos pasajeros debemos pasar a la otra nave.
          Ella habla con mi encargado técnico en español, me impresiona su excelente dominio, y esa linda mirada, los demás también la observan por el desplante que posee. En la nave hay otras mujeres de linda mirada y similar belleza a ella, pero carecen de su ángel, esa característica que hace diferente a unos y los eleva sobre otros (para bien o para mal, como sucedió con Mystysiva).
— Ustedes deben saber que si quieren desembarcar deberán ser fichados y ser sometidos a nuestras bases de datos ¿Aceptan eso? si no entonces no desembarcan.
          Los encargados traducen al alemán y otros idiomas. Nadie responde, pero al final todos aceptan, no tienen opciones ¿Sabrían que los estábamos protegiendo? Seguramente no en esa época.
          Son  casi 400 pasajeros en esta nave y debo quedarme unas 2 horas junto a ellos, mientras Sylvana con los técnicos efectúan el fichaje y transfiere la información a la base de datos en mi país. Hemos cumplido. Cuando esta nave está lista se ordena al piloto dirigirla a la zona de aparcamiento y ahí descendemos. En total son cuatro grupos que atienden al mismo tiempo a 7 naves. Durante un día fueron atendidas las 11 naves que tenían permitido desembarcar gente. Al terminar estamos cansados. Los refugiados peor aun, porque ellos viene huyendo de la guerra. Pero al menos estarán mas seguros ahora que si hubieran descendido sin ser fichados. Nunca sabrán lo que hicimos por ellos. Solo 3 de casi 5 mil refugiados "desaparecieron". Si no hubiésemos hecho esto, la cifra no habría bajado de los 100.
          El resto de los días solo naves con pertrechos y carga eran permitidas descender y despegar de este megapuerto aéreo.
          Así durante un día subir a otra nave y el mismo procedimiento.
          Algunos de los intérpretes se quedaron a trabajar con nosotros, entre ellos Sylvana. La verdad es que uno de mis asistentes, astuto este, decidió que ella se quedara cerca de la dirección de este lugar, así podrían disfrutar su presencia, porque eso era Sylvana: una hermosa presencia casi etérea, como esas diosas nórdicas que irradian una especie de espiritualidad oculta, mágica, perdida en el tiempo.
          Casi todos los días debíamos revisar asuntos en ese idioma y aunque La Red permitía ágiles traducciones, estas aun no eran capaces de interactuar con los traductores humanos.
                Al final la relación con Sylvana era de amistad: era como si ella me conociera, además se posesionó inmediatamente de mi escurridizo carácter, como una gata grande que atrapa un pequeño ratón ingenuo.
— Usted debe estar muy solo joven XXXXX.
— Porqué me dices "joven" y crees que estoy solo.
— Es que no representas mas de 15 y se nota que sentimentalmente estas solo. Una sabe de estas cosas. Y se que no eres homox  – usó un antiguo término en desuso para referirse a los hombres que se enamoran de otros hombres.
— ¡Oye mujer! Hablas demasiado bien en mi idioma y lo entiendes demasiado, para ser alemana. Se supone que Uds. no nos entienden. Ni siquiera conocen a los italianos, menos a nosotros del Sur.
— ¡Bah, bah! eso crees tú. Uds. los latinos siempre pensando que no tenemos sentimientos románticos como los que ustedes experimentan y creyendo que no los entendemos.
    La conversa sube de tono y hasta los demás se dan cuenta, menos yo.
— ¿Acaso crees que eres el único que tiene problemas de amor o de familia XXXXXXXX?  –Y mas encima usaba mi apodo como si yo fuera un compañero de la escuela.
— Y que te puede importar a ti mis problemas si no nos conocemos.
— Error, si te conozco es fácil conocerte, eres tú el que cree que nadie te ve ¿y mas encima arrancas?
— ¡Arrancar de dónde? Yo fui enviado a este lugar porque estoy en la marina. No decidí por mi cuenta llegar a tu país.
          Ya empezaban a mirar los demás y ella al darse cuenta decide acabar ante mis torpes respuestas la conversa:
— Eso creer tú Surantarctic, pero todos sabemos que eres tú el que has huido de tú país, solo te escudas en que sirves en la milicia.
— ¿Y quiénes son "todos sabemos"?
          Una de las naves de carga hacía su ingreso al sector lanzando ese sonido violento y fuerte que impedía escuchar, mientras en tierra las naves de apoyo se preparan para cualquier eventualidad, aunque esta no trae ciudadanos solo carga. Es que esas naves de aquella generación eran propensas a los contratiempos motrices.
          El fuerte viento que provocan sus motores al carretear hacia su aparcamiento distrae a todos, a mi, a ella.
— Señor, debemos volver a la torre, la última llegarán en cuatro horas  expresa el asistente Teave, un antártico apodado el Albatros nacido y criado en esa zona de colonos.
— Muy bien Albatros y prepare a la señorita Sylvana para transportarla a su lugar.
— No se preocupe "señor XXXXX" (haciendo un gesto arrogante) mañana estaré en su oficina para dejarle mi reporte del trabajo.
— Si, está bien señorita Sylvana, mucho le agradecemos su ayuda. Increíble hable tan bien nuestro idioma  –Trataba de ser burlista con ella, pero me comporto como estúpido.
— Buenas noches oficial XXXXX.
— Buenas noches señorita Sylvana  –Y me retiro algo ofuscado. Ahora otra mujer empieza a absorber y querer dominarme. Bastaba y sobraba con ella, la miserable que está en mi lejana tierra.